Por: Hilda Mendoza
El TDAH ha sido uno de los trastornos más estudiados en la medicina, se encuentra tipificado en los Manuales DSM IV Y CIE-10[1]. Manuales elaborados por comités médicos internacionales y un trastorno solo es incluido en estos manuales cuando se tiene toda la evidencia científica de su existencia, señalando los criterios diagnósticos.
Con los avances científicos en los estudios de imagen, se ha podido determinar con mayor exactitud, cómo se realiza la sinapsis entre las células nerviosas que conforman el cerebro (neuronas), y cómo existen dificultades en el paso de neurotransmisores como la dopamina, noradrenalina y serotonina, que son los principalmente involucrados en el TDAH, así como la zona cerebral [2] en donde esto sucede y su impacto en la vida de quien lo padece.
El problema con los medicamentos, particularmente con el Ritalin (Metilfenidato), surgió, porque llegaron a nuestro país sin ser controlados, siendo adquiridos y suministrados por personas inexpertas, por recomendación, o por médicos no especializados, generando graves problemas en los niños, quienes en verdad fueron dopados.
Los especialistas para suministrarlo son el Neurólogo Pediatra o el Paidopsiquiatra. Actualmente este medicamento y otras marcas de Metilfenidato están reguladas y no se pueden adquirir sin receta expedida por un médico certificado y declarando datos específicos del paciente y diagnóstico.
El Neurólogo Pediatra o el Paidopsiquiatra son quienes confirman el diagnóstico de TDAH y se basan en el diagnóstico diferencial que les proporciona el equipo de psicología o neuropsicología especializado en la detección de este trastorno y en estudios de Electroencefalograma y mapeo cerebral, que les permite determinar si existe alguna otra alteración como origen de la sintomatología.
En la actualidad, en nuestro país aún no se cuenta con médicos suficientes, ni con psicólogos especializados en la detección de este trastorno, por lo que muchas veces se sigue medicando sin un diagnóstico diferencial y con frecuencia sin estudios de Electroencefalograma y mapeo cerebral, que permiten a los especialistas saber si existe alguna otra afección neurológica, por lo que se sugiere buscar centros especializados para la atención de este trastorno.
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Notas:
[1] Los manuales DSM en sus diferentes versiones, han sido publicados por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA); los CIE-10 por la OMS Organización Mundial de la Salud,). La mayoría de los trabajos que se siguen en la actualidad se rigen por las versiones del DSM
[2] Desde el punto de vista neuroquímico, el origen del TDAH se debe a un mal ??funcionamiento de ciertas regiones cerebrales entre las que se encuentran el córtex prefrontal, que interviene en la activación de conductas del individuo, la resistencia a la distracción y el desarrollo de la conciencia del tiempo; El nucleus caudatus y del globus pallidus, ayudan en la inhibición de respuestas automáticas, facilitando la reflexión, así como del vermix cerebeloso cuya función es desconocida, pero probablemente se encuentre asociada a la regulación de la motivación (Barkley, 1997). Esta alteración en las personas con TDAH, se traduce en una deficiente función atencional, y motora, principalmente, así como dificultades en las llamadas funciones ejecutivas, que son actividades mentales complejas, que nos permiten a cada persona, auto regular el comportamiento para hacer lo que nos proponemos hacer. Las principales funciones ejecutivas son: activación, autorregulación, planeación, organización, auto monitoreo, memoria de trabajo, control de emociones, motivación y la habilidad para solucionar problemas, entre las más importantes.