Mi hijo Renato, desde muy pequeño tenía características diferentes a la mayoría de los otros niños. En una fiesta no podía estar formado en la fila de la piñata, en general él estaba en actividades diferentes a las de los otros niños, en un restaurante era difícil que se pudiera mantener sentado un momento, pero eso no tenía mayor impacto, fue hasta que entró a preescolar que comenzaron a ser más notorias sus actitudes, por ejemplo: le costaba mucho permanecer sentado en clase, se distraía y no trabajaba, se salía del salón.

Cuando entró a la primaria fue necesario buscar ayuda, nos preocupaba su desarrollo emocional. Nos recomendaron CITPA y nos dio seguridad desde el proceso inicial y el diagnóstico, que nos ayudó a identificar realmente que es lo que tenía.

Comenzó su tratamiento integral con terapias, medicamento, apoyo en casa y escuela. Ahora puede mantenerse atento, va muy bien en la escuela, sabe qué hacer cuando comienza a descontrolarse, utiliza las herramientas que aprendió y tiene una buena autoestima.

Gracias CITPA!

Marcela Hernández,